El proceso de trílogos ha concluido con un principio de acuerdo entre el Parlamento Europeo y el Consejo que ha concluido con el texto de la Digital Markets Act («DMA») que pese a su nombre no deja de ser un Reglamento europeo de Mercados Digitales (en texto, en inglés, puede localizarse aquí).
Los Gatekeepers o Guardianes de Acceso.
La norma pretende controlar y gestionar a los grandes operadores digitales cuya posición de dominio puede resultar en un abuso que restrinja la competencia. Son los denominados «gatekeepers» o «guardianes», grandes empresas del mercado digital que prestan los llamados «servicios de plataforma central» (v. gr. redes sociales o motores de búsqueda) y cuya capitalización de mercado asciende a, al menos, 75 000 millones de euros o un volumen de negocios anual de 7.500 millones de euros. Para ser designadas como «guardianes», estas empresas también deben proporcionar ciertos servicios, como navegadores (Chrome, Firefox, etc.), mensajería (Whatsapp, Telegram, etc.) o redes sociales (Facebook, Instagram, etc.) y que cuente con al menos 45 millones de usuarios finales mensuales en la UE y 10.000 usuarios comerciales anuales.
Además, el guardián ha de controlar uno o varios servicios básicos de plataforma en, al menos, tres Estados miembros. Las las pymes quedan exentas de calificarse como guardián de acceso, salvo excepciones. Y, con con el fin de asegurar el carácter progresivo de estas obligaciones, se ha previsto también una categoría de «guardián de acceso emergente», que permitirá a la Comisión imponer determinadas obligaciones a las empresas cuya posición competitiva esté demostrada pero aún no sea duradera.
Si una plataforma considera que su designación como guardián de acceso no es correcta, puede impugnarlo a través de un procedimiento específico que se tramita ante la Comisión europea.
El Reglamento prohibirá determinados comportamientos al objeto de fomentar la competencia y evitar abusos de posición de dominio. Así, los servicios de mensajería más grandes (como Whatsapp, Facebook Messenger o iMessage) deberán abrirse e interoperar con plataformas de mensajería más pequeñas, si así lo solicitan y entre ellas. Esto supone que los usuarios podrán escribir y recibir mensajes desde una aplicación como Whatsapp hacia otra como Telegram (u otras) y viceversa.
En cuanto a la obligación de interoperabilidad de las redes sociales, los colegisladores acordaron que tales disposiciones de interoperabilidad se evaluarán en el futuro. Y, en materia de navegadores, asistentes virtuales o motores de búsqueda, los usuarios podrán elegir libremente el navegador que quieran emplear, acabado con las aplicaciones preinstadas en dispositivos.
En materia de publicidad, se quiere poner coto al uso de perfilado, segmentación y enriquecimiento de datos. El reglamento únicamente permitirá la combinación de datos personales para publicidad dirigida sólo sobre la base de contar con el consentimiento explícito del usuario que el guardián deberá haber recabado previamente. Y deberán permitir a cualquier empresa que venda servicios online acceder a sus datos de rendimiento de comercialización o de publicidad en la plataforma.
Incumplimientos. Sanciones.
Si un guardián no cumple las normas, la Comisión puede imponer multas de hasta el 10 % de su volumen de negocios mundial total en el ejercicio fiscal anterior y del 20 % en caso de reincidencia. En caso de infracciones sistemáticas, la Comisión puede prohibirles adquirir otras empresas durante un tiempo determinado.
Como órgano legitimado, la Comisión Europea es la única autoridad facultada para hacer cumplir el Reglamento. Puede incluso entablar un diálogo sobre las cuestiones normativas para asegurarse de que los guardianes de acceso comprendan de forma nítida las normas que deben cumplir y especificar su aplicación en caso necesario. Para ello se creará se creará un comité consultivo y un grupo de alto nivel para ayudar a la Comisión Europea y facilitar su trabajo.
Junto con la Comisión, los tribunales, y, en particular, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, está facultado para conocer de los incumplimientos del Reglamento toda vez que se trata de una norma de aplicación directa y facultada de primacía en la UE.
Próximos pasos.
Una vez finalizado el texto legal a nivel técnico y revisado por juristas-lingüistas, deberá ser aprobado tanto por el Parlamento como por el Consejo. Una vez completado este proceso, entrará en vigor 20 días después de su publicación en el Diario Oficial de la UE y las normas se aplicarán seis meses después.
Imagen: Tophotel
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